top of page

El cine japonés de los años 90

  • Carmen Torres
  • 24 dic 2016
  • 9 Min. de lectura

Breve repaso a los títulos más importantes de la filmografía nipona en los años 90

En este nuestro penúltimo artículo sobre la historia de la pantalla nipona, abordamos el cine realizado durante la última década del siglo XX. Una época compleja en cuanto a su industria cinematográfica, como ya vimos con anterioridad, los años 80 habían supuesto una reforma en cuanto a su estructura, permitiendo que las antiguas majors perduraran a la vez que florecía un importante cine independiente.


De todos estos cambios derivan las dos etapas en las que podemos dividir el cine de los 90, indispensables para la posterior comprensión del cine contemporáneo japonés. La primera mitad, que abordaría los cinco primeros años de la década de los 90, se caracteriza por la aparición de nuevos directores.


De esta época cabe destacar la figura de los siguientes cineastas, los cuales todos ellos aprendieron el arte del cine de manera autodidacta, como ya comentamos en el anterior artículo. Shinobu Yaguchi, uno de los pocos autores interesados en el cine cómico, del que destacamos Ameonna (Rain Woman, 1990) comedia sobre las aventuras de dos niñas, inspirado en un Yokai femenino de la mitología japonesa llamado Ameonna, que es capaz de atraer la lluvia lamiéndose la mano. Hadashi no Pikunikku (Por el desagüe, 1993) comedia negra sobre las desventuras de una chica en el Japón moderno.


Takahisa Zeze, ayudante de dirección en los roman porno de la Nikkatsu y posteriormente considerado como uno de los reyes del género pinku-eiga (soft porno) realiza numerosas obras de ese carácter durante la década de los 90, entre las que destacamos Kagai Jugyo Boko (Asignatura extra: violencia, 1989), Waisetsu Boso Shudan: Kemono (Obscene Runaway Gang: Beast, 1991) o Kokyu Soap Technique: Mozetsu Higi (El sueño de Garuda, 1994). Dentro de este mismo género erótico tambiém cabe destacar la figura de Masayuku Suo y su película Shikofunjatta (Sumo sí, sumo no, 1991).


Masato Harada, director con una fuerte técnica occitentalizante plasmada en su película más importante del período, Kamikaze takushi (Kamikaze Taxi, 1995) (Vídeo). Shunji Iwai y su ópera prima Rabu Reta (Carta de amor, 1995) una drama de gran éxito en Japón donde nuestra protagonista, que ha perdido a su marido en un accidente, decide escribirle una carta, para su sorpresa, obtendrá respuesta. De Iwai también es la película Pikunikku (Picnic, 1996) (Vídeo) un drama con tintes de comedia sobre tres pacientes de un hospital psiquiátrico, los tres se siente ahogados tras esas paredes, decidiendo emprender una aventura en el exterior.


Junji Sakamoto, característico por su gusto por la violencia en pantalla y que debutaba en 1989 con su película Dotsuitarunen (Te voy a dar una paliza) seguida de cintas tan imporantes como Tekken (1990) sobre un ex-convicto que se convierte en boxeador y que recibió el Premio de la Academia Japonesa al Nuevo Valor del Año, y por último Tokarefu (1994) drama sobre el secuestro de un niño en el autobus escolar.

De los primeros años de la década de los 90 también es otra de las grandes obras del maestro Akira Kurosawa, Yume (Sueños de Akira Kurosawa, 1990) (Vídeo) película financiada por EEUU donde Kurosawa nos presenta una obra dividida en ocho partes, ocho sueños del propio cineasta que ahodan en los clásicos cuentos admonitorios japoneses. Una cinta plagada de realismo y metáforas que conviven en cada uno de sus relatos, tratando la vida, la muerte, el arte, la infancia, para acabar con una reivindicación de la vida en sintonía con el medio natural, en contraposición con la vida consumista que está llenando Japón. En definitiva, nos encontramos de nuevo ante una cinta de gran belleza visual, un regalo para los sentidos.

De Kurosawa también debemos destacar Hachi-gatsu no kyoshikyoku (Rapsodia en Agosto, 1991) (Vídeo) que ahonda en las consecuencias de la bomba atómica en Japón, a través del relato de tres generaciones. Una crítica al ser humano y su condición en el mundo, el cual ha resuelto siempre sus problemas por la fuerza desembocando en dos guerras mundiales, olvidando todo el mal que ha causado con ellas.


Madadayo (No, todavía no) (Vídeo) realizada en 1993, será la última película del maestro Kurosawa, de la que se dice, es un testamento moral del cineasta, un homenaje a la vida, consciente de que la muerte está cerca. A lo largo de toda su filmografía, ha intentado mostrar la filosofía y teológia de Japón, en esta última cinta no iba a ser menos. Kurosawa, siempre inspirado en la ética del budismo zen, el código del bushido y el shinto, concibiendo la muerte como un escalón más de la vida, nos presenta esta vez a un profesor que viendo como su fin se acerca, admite no estar preparado para ella.


Por último, y para acabar con este breve repaso a la primera etapa del cine nipón de los 90, no podemos olvidarnos de la figura de Takeshi Kitano, cómico de televisión convertido en director de cine por casualidad, se dió a conocer en el mundo del séptimo arte en 1989 con la cruda y violenta Sono otoko, kyobo ni tsuki (Un polícia violento) que narra la historia de un polícia sin escrúpulos que no duda en usar la violencia extrema contra los delincuentes que se encuentra. Esta violencia desmesurada estará presente en la mayor parte de la obra cinematográfica de Kitano, convirtiéndose en su principal característica.


El hecho de que Kitano viniera del mundo de la televisión, donde tenía un trabajo asegurado, hizo que pudiera tomarse ciertas licencias y libertades en su cine, llenando la pantalla de brutalidad en su máxima expresión, tratando el tema de la violencia desde un punto de vista heredado de los antiguos ritos yakuzas. Es de recalcar también en su cine, el juego que hace entre momentos de violencia intensa con secuencias efímeras y lentas plagadas de motivos visuales abstractos tales como el mar, las nubes, las flores o un simple partido de beisbol. Este retrato tan particular de la violencia de Kitano le ha llevado a ser comparado en muchas ocasiones con Quentin Tarantino, fiel admirador a su vez del cine nipón.


Otra de las características primordiales del cine de Kitano es que, como muchos grandes directores (Clint Eastwood o Jerry Lewis entre otros) él mismo dirige, produce, monta, escribe el guión y protagoniza sus películas. Como ocurre con una de sus obras más importantes del período, Sonatine (1993) (Vídeo) nominada a mejor película en el Festival de Venezia y el Festival de Cannes, donde Kitano interpreta a Murakawa un yakuza que debe poner fin a la guerra entre gángsters que se ha producido en el territorio de Okinawa.

Durante el año 1995, varios sucesos sacudieron la sociedad nipona, el terremoto de la prefectura de Hyogo que arrasó la ciudad de Kobe, seguido de la matanza terrorista ocurrida en el metro de Tokyo llevada a cabo por la secta Aum Shinrikyo (Verdad Suprema) en marzo de ese mismo año. Estos duros acontecimientos, sumados al fallecimiento del emperador Hirohito acaecida en 1989 y que ponía fin a la Era Showa, que hicieron que la sociedad nipona se resquebrajara. Este duro golpe, como era de esperar, afectó en gran media al cine japonés, el cual volvió a recuperar la preocupación y reflexión del cine de antaño por los problemas del pais nipón.

Esta preocupación dió lugar a un cine que recuperaba en la pantalla la historia y la tradición japonesa en sus tramas. Tramas en muchas ocasiones desarrolladas en un ambiente apocalíptico y postmoderno, donde los cineastas volcaban sus experiencias personales preocupándose por los problemas sociales y políticos a los que se debían enfrentar con el cambio de milenio.

De esta época destacan la figura de Nobuhiro Suwa, uno de los máximos representantes del jovén cine japonés, del que predominan 2 Dyuo (2/Duo, 1997) ópera prima del director en la que ahonda en las relaciones humanas y sus complicaciones a través del retrato de la vida cotidiana de una pareja japonesa. M/Other (Mother, 1999) película de estructura similar a la anterior, en la que volvemos a encontrarnos con la crisis existencial del ser humano, esta véz a través de la mirada de una mujer anclada en la rutina de pareja, que se ve obligada a cuidar del hijo de éste.


En las relaciones personales también se adentra el cineasta Makoto Shinozaki en su primera película Okaeri (Bienvenido a casa, 1995). La cinta narra la vida de una pareja tradicional japonesa, donde la mujer, Yuriko, se ha visto obligada a dejar una prometedora carrera como pianista para dedicarse al cuidado de la casa, para ser más tarde diagnosticada con esquizofrenia. Un retrato sobre el Japón actual en el que la sociedad sigue estando dominada por hombres.

Macoto Tezuka nos brinda un retrato neofuturista y neobarroco del mundo moderno en Hakuchi, (El Inocente, 1999) (Vídeo) un mundo hipotético donde la II Guerra Mundial nunca terminó y la sociedad japonesa se ve obligada a aguantar los bombardeos día y noche.


Naomi Kawase, la primera mujer cineasta de la lista con su obra Moe no Suzaku (Suzaku, 1997) ganadora de la Cámara de Oro en Cannes ese mismo año. En ella nos brinda un relato sobre la dura vida de una familia en la montañosa región de Nishiyoshino, un relato poético, desgarrador, sobre los sentimientos, la soledad, el amor, la guerra, la pérdida, el paso del tiempo, rodeados del aura mística y dolorosa inconfundible de esta gran directora nipona, que recuerda en muchas ocasiones al maestro Yasujiro Ozu.

Hideo Nakata nos adentrará en el género de terror con dos de sus obras más conocidas, Ringu (The Ring, 1998) (Vídeo) y su secuela Ringu 2 (The Ring 2, 1999) adaptando la novela homónima de Koji Suzuki en la que, los protagonistas, tras el visionado de una cinta maldita, están destinados a morir siete días después. No hace falta explicar mucho más sobre esta conocida y celebrada cinta, de la cual EEUU hará un remake en el año 2002, quedándose muy lejos del buen hacer de los japoneses a la hora de meter el miedo en el cuerpo y hacer sentir escalofríos al espectador (Vídeo comparativo).


Otro de los directores que contribuyeron al cine de terror psicológico japonés es Kiyoshi Kurosawa, al que muchos han comparado con otro maestro del séptimo arte, Stanley Kubrick. Dos de sus obras más importantes de la última década del siglo XX son Kyua (La Cura, 1997) thriller psicológico donde un detective, Kenichi Takabe debe investigar una serie de asesinatos, los cuales siguen los mismos patrones. Un retrato de la crueldad escondida de cierta parte de la sociedad japonesa, sin duda, el film esconde una dura crítica a la matanza indiscriminada que se había llevado a cabo en el metro de Tokyo en 1995. Hebi no michi (El camino de la serpiente, 1998) película que rescata el mundo violento y tradicional de la yakuza, donde uno de sus miembros decide vengarse por el asesinato de su hija.


Precisamente uno de los asistentes de Kiyoshi Kurosawa, Shinji Aoyama es otro de los directores más importantes del período. Debuta en 1996 con Helpless (Vídeo), una introspección acerca de la nueva sociedad japonesa como consecuencia de la muerte del emperador. Protagonizada por un yakuza, de nuevo volvemos a encontrarnos con una película donde se plasma la eterna dicotomía de la pantalla y la vida japonesa, la tradición y la modernidad, y la elección entre ambas.


Shohei Imamura también nos brindará películas para el recuerdo durante estos años, tales como, Unagi (La anguila, 1997) ganadora de la Palma de Oro en Cannes, es una historia intimista y personal que narra el asesinato por parte del protagonista, de su esposa y la amante de ésta. Tras una larga estancia en la cárcel, en la cual captura a una anguila que le servirá de apoyo en futuro, dedice emprender una nueva vida.

Kanzo sensei (Dr. Akagi, 1998) (Vídeo) es una historia diametralmente opuesta a la anterior, en la que Imamura nos traslada ésta vez al año 1945, antes de la rendición nipona. El protagonista, un doctor, consternado por los horrores del conflicto armado decide buscar la ayuda de viejos amigos entre los que se encuentra un monje, con el fin de ayudar a sanar las enfermedades de la población japonesa, actuando al margen del ejército.


Hirozaku Koreeda, dedicado a la televisión como muchos de los otros cineastas, decide en 1995 dar el salto a la gran pantalla con Maboroshi no hikari (Maborosi) una historia sobre el amor, la muerte, el dolor de la pérdida y la posterior soledad que debe sufrir Yumiko, tras la muerte de su esposo. Temática común en la mayor parte de sus obras, pues nuevamente ahondará en el tema de la muerte y la pérdida en la película de 1998 Wandafuru raifu (After life) (Vídeo). En dicha cinta, Koreeda nos presenta un lugar entre el Cielo y la Tierra encargado de procesar las almas de los fallecidos, los cuales, deben nadar en su memoria para decidir cual ha sido el momento más feliz y decisivo de sus vidas, con el cual se hará una película y podrán llevársela con ellos al Cielo.


Por último, no podemos olvidarnos de nuevo del maestro Takeshi Kitano, Hana-bi (Flores de fuego, 1997) (Vídeo), que significa literalmente flor-fuego, haciendo referencia a los fuegos artificiales, donde Kitano, de nuevo protagonista y director, interpreta a un policía violento que debe afrontar de golpe, la dureza de la vida, al tener que cuidar de su esposa terminal y de su compañero tetrapléjico, a la vez que se enfrenta a la yakuza por problemas de dinero. Su única válvula de escape será la pintura, dando lugar a obras surrealistas que no son más que un retrato de su vida.


Kikujiro no Natsu (El verano de Kikujiro, 1999) (Vídeo) una historia sobre la violencia y la inocencia llena de irónica amargura, cuyos protagonistas serán una extraña pareja compuesta por un ex yakuza y un niño de 6 años proveniente de una familia desfragmentada del que el hombre debe cuidar en verano mientras los otros niños se van de vacaciones. El film fue Premio de la Crítica en el Festival de Valladolid en 1999 y estuvo nominada a la Palma de Oro de Cannes ese mismo año.

Comments


Entradas destacadas
Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
  • Facebook Basic
  • Twitter Basic
  • Vimeo Basic

© 2023 por ROGELIO FUENTES. Creado con Wix.com

bottom of page